ELNUEVO PARTIDO EN ,URUGUAY,#URUGUAYO

Graziano Pascale · A 682 personas les gusta esto. Hace 58 segundos · EL "PARTIDO" DE TRES SENADORES En números redondos, el 9 por ciento de ciudadanos que el domingo pasado adhirió al referéndum contra la ley del aborto equivale a la cantidad de votantes que se requiere para elegir a tres senadores. A partir de esta comprobación, podríamos preguntarnos qué clase de actor político es ese "partido", a quién representa y cómo puede incidir en el futuro inmediato. Para contestar estas interrogantes conviene dar un paso atrás hasta llegar a la presentación de las firmas que pusieron en marcha la consulta del domingo 23. La Corte Electoral validó poco más de 52.000 firmas, que representan el 2% del total de habilitados, mientras que sus promotores aseguraron haber alcanzado las 70.000 adhesiones. Si comparamos estos números con la cantidad de personas que domingo a domingo asisten a misa según estimaciones de voceros de la propia Iglesia Católica, encontramos una equivalencia casi perfecta. Ello no es casual porque precisamente fue la Iglesia la institución que más activamente se involucró en la campaña. Cada uno de los firmantes movilizó poco más de dos personas más el pasado domingo, lo cual hizo llegar el número de adherentes a 240.000 en todo el país. Visto desde esta perspectiva, la decepción que provocó el resultado de la consulta entre sus promotores debería llevar a la Iglesia Católica a preguntarse qué hizo en las últimas décadas para que este concepto tan resistido de despenalizar el aborto dejara en la indiferencia al 91% de los ciudadanos. Es muy claro para todos quienes seguimos de cerca la vida política del Uruguay que sectores muy importantes de la Iglesia Católica (sacerdotes, obispos y muchos laicos de destacada presencia en la sociedad) contribuyeron con singular entusiasmo a la formación, crecimiento, expansión y victoria del Frente Amplio, el partido político que con la deserción de un solo diputado votó en bloque la ley del aborto. Previamente ese mismo partido había impulsado con éxito -en este caso con votos de otros partidos- la ley que consagra el "matrimonio" entre personas del mismo sexo. El llamado "clero progresista", de la mano de la "teología de la liberación", fue un factor decisivo para que llegara al poder el partido que ha promovido esta nueva agenda, que parece desconcertar a la Iglesia Católica. Aún hoy, en temas de gran impacto social o político, es frecuente ver un alineamiento bastante preciso entre las posiciones del Frente Amplio y las de algunas jerarquías de la Iglesia, que siguen viendo en los viejos partidos fundadores del país una especie de reducto de oscuros intereses "antipopulares", según la conocida propaganda de décadas que llevó adelante la izquierda, con singular suceso, incluso en los ámbitos eclesiales. Despilfarros de dineros públicos, clientelismo en base a subvenciones sin contrapartidas, sonados casos de corrupción, avance del delito, erráticas políticas sobre el consumo de drogas, entrega del poder en ámbitos del Estado a organizaciones sindicales, decadencia terminal de los servicios de educación y salud que brinda el Estado, y una larga lista de temas que bien podrían figurar en una agenda "social" de la Iglesia no aparecen en documentos episcopales ni se mencionan en intervenciones públicas de sus principales voceros. El avance de la "agenda progresista" en la sociedad uruguaya, por insólito que parezca, ha encontrado un aliado en esa Iglesia atrapada en un discurso que sigue repitiendo eslóganes de los años 60 y 70, sin advertir que a su amparo han avanzado los proyectos de ingeniería social que ahora parecen descolocar a sus líderes. Me gusta · · Compartir