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lunes, 30 de septiembre de 2019

-¿Y quién le habló de eso?..... Deben ser los agentes espías que lo vigilan. Ahora seguro saben todos mis secretos. ¡Vos debes ser de esa calaña que ha entrado hasta en nuestro pacifico país! Y Ernestico, digo, Ernestilingo se apartó de mi lado horrorizado y temeroso. Yo me dije: - ¡Esa es la forma de actuar de los agentes de mi isla, haciendo que cada uno desconfie del otro. Por eso el sistema ha durado 60 años. ORLANDO VICENTE ALVAREZ - Posted by Orlando Vicente Alvarez at 5:48 PM Email This BlogThis! Share to Twitter Share to Facebook Share to Pinterest Labels: #Urólogo, Derechos Humanos-Cuba, Dictadura-Uruguay, Gendarmes espias, Hospital Maldonado, Maldonado, Naciones Unidas, Piriapolis, Policia Cubana, Próstata, Senectud, Urgencia miccional, Venezuela

-¿Y quién le habló de eso?..... Deben ser los agentes espías que lo vigilan. Ahora seguro saben todos mis secretos. ¡Vos debes ser de esa calaña que ha entrado hasta en nuestro pacifico país! Y Ernestico, digo, Ernestilingo se apartó de mi lado horrorizado y temeroso. Yo me dije: - ¡Esa es la forma de actuar de los agentes de mi isla, haciendo que cada uno desconfie del otro. Por eso el sistema ha durado 60 años. ORLANDO VICENTE ALVAREZ - Posted by Orlando Vicente Alvarez at 5:48 PM Email This BlogThis! Share to Twitter Share to Facebook Share to Pinterest Labels: #Urólogo, Derechos Humanos-Cuba, Dictadura-Uruguay, Gendarmes espias, Hospital Maldonado, Maldonado, Naciones Unidas, Piriapolis, Policia Cubana, Próstata, Senectud, Urgencia miccional, Venezuela


DOS ANCIANOS CONFABULAN EN POLÍTICA EN CONSULTA DEL URÓLOGO. MALDONADO

  
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DOS ANCIANOS CONFABULAN EN POLÍTICA EN LA CONSULTA DEL URÓLOGO. MALDONADO

    Me acerqué a la sala de espera de la consulta del Urólogo, Grande fue mi alegría al reconocer entre los presentes a mi amigo Ernestico:
   _  Buen Día. Mi amigo. ¡Cuánto tiempo sin verlo!
   - ¿Lo conozco de atrás?
   - Si fuera de atrás…Yo no juego para ese bando-le dije en broma.
    El pareció no entender.
  -¡Si es usted mi viejo amigo Ernestico! ¡Qué feliz me siento de volverlo a ver!
  -Espere. Yo no creo conocerlo… y  no me llamo Ernestico...
  -¡Verdad! ¿Era Ernestilingo?
  -Cierto. ¿Y vos de dónde sos?-hizo una pausa por unos instantes- Ahh, ya recuerdo. Vos sos el venezolano.
  -Haga silencio que yo oculto religiosamente mi origen.
  -¿Y se puede saber por qué de ese miedo?
   -Yo no vivo en Venezuela sino en una isla más al norte…
  Al anciano se le abrieron los ojos como dos lumbreras.
   -Ahh. Sí. En la isla en que pasan hambre y todo eso…
   -Hable en voz baja. Hay agentes e infiltrados por todas partes, aun aquí en el Hospital de Maldonado.
 -¿Y por qué tanto miedo si está viviendo ahora en un país libre?NN 
 - Ay, Ernestico…
- ¡Ernestilingo! Y no se lo repito más.
- Pero no se ofenda, por favor, que llamamos con nuestras voces a los gendarmes de Seguridad del Estado de mi isla.
  -Bueno. Bajito, bajito, hablemos-lo dijo casi en un susurro y continuó-¿Y se puede saber por qué huyó de su isla?
  -Por denunciar irrespeto a los derechos humanos.
  -¿Y qué cosa es esa? Yo ya ando medio torcido y hay personas  que se tocan el pecho con la cintura y por eso no las persiguen.
  -Yo no entiendo mucho del asunto- le contesté yo muy en voz baja-Según los expertos de las Unidas Naciones todo hombre nace “con derechos inalienables” y el estado tiene que respetárselos y promoverlos.
  -Pues yo nací muy bien sin conocer que tenía esos derechos, pero, ¿En qué consisten?
  -Parece que todos los hombres de mi isla deben andar derechitos, derechitos, como estacas, tan siquiera no deben hablar con el vecino sino se le torcería el cuello… o mejor dicho… se lo lleva la policía y le retuerce el pescuezo como a un pollo.
  -Menos mal que  en mi país no existe eso. Tuvimos de verdad una dictadura pero eso de andar derechitos… No llegaban a ese extremo. Pero luchamos y luchamos y la dictadura se fue y fuimos libres nuevamente. Y ustedes ¿Por qué no luchan contra los que quieren verlos derechitos, derechitos,
  -Aquí entre nosotros, tenemos 60 años de esa maquinaria infernal. Estamos acostumbrados a caminar derechos. Y además, somos unos cobardes…
   -Pobre isla. Pobres isleños. Ya algún día se terminará y serán libres.
  -Pero Ernestico, digo, Ernestilingo, no vamos a  vivir tanto para ver la luz. Eso será para nuestros nietos o bisnietos.-hice una transición-A propósito, ¿por qué viene al Urólogo?
   Ernestilingo bajo la cabeza.
  -Problemas con el miembro…
  -¡No me diga que es miembro del Partido Comunista! Ave de mal agüero…
  -¡Qué no señor! Es problema con mi miembro viril.
  -¿Ya no se le para como un trinquete como me había dicho antes en otro encuentro?
    El bajó la cabeza como avergonzado:
  -El asunto es ahora que me orino en los pantalones sin sentir la urgencia como sí era antes y hiedo a meado todo el día.
  -No se preocupe por eso. Yo tengo ese problema desde hace años…
  -¡Vos también! ¿Y cómo lo resuelve, lo veo tan tranquilo y no hiede a orina como yo?
  -Aquí entre nosotros. Uso pañales como un bebe todo el tiempo. Seguro el Urólogo  le recomendará lo mismo porque a su edad, la pela en una operación de próstata.
  -No me diga eso por favor. Si la finada mi esposa…
 -¿Esmeregilda? ¿La que le regaló aquella vieja capa de agua que compró en una liquidación en Piriapolis?
 -¿Y quién le habló de eso?..... Deben ser  los agentes espías que lo vigilan. Ahora seguro saben todos mis secretos. ¡Vos debes ser de esa calaña que ha entrado hasta en nuestro pacifico país!
 Y Ernestico, digo, Ernestilingo se apartó de mi lado horrorizado y temeroso.

  Yo me dije:
  - ¡Esa es la forma de actuar de los agentes de mi isla, haciendo que cada uno desconfie del otro. Por eso el sistema ha durado 60 años.    

                           DR    ORLANDO VICENTE ALVAREZ
     

   
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