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sábado, 26 de abril de 2014

afiches,carteles,

tango mujer gardel y oliva escayola escayola ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,wuropa asia

viernes, 1 de noviembre de 2013

TENERIFE Y MAS TANGUEROS

miradasdoc ,CASA ,URUGUAY .,TENERIFE, GARDEL ,TANGO,BLAT CASA,BLATT ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

lunes, 19 de noviembre de 2012

antepasados vascos en comun

Fuentes: Archivo Diocesano de Pamplona. FamilySearch/ International Genealogical Index. Vital Records Index. ANTZINAKO Bienvenidos a la web de ANTZINAKO, asociación de genealogía vasca e historia local. Somos genealogistas aficionados que investigamos en Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya GARDEL ES FAMILIA VASKA... GARDEL Y LEGAZCUE,FAMILIA . http://www.antzinako.org/Linaje.php?linaje=RepLinajes/linajeezkurra.html Gardel-Legazcue Tercera Generación III. Martín Lorenzo Ezcurra Espelosín fue bautizado en Zubieta el 6 de enero de 1722. Casó con María Magdalena Gardel Macuso el 18 de abril de 1751 en Zubieta. Magdalena nació en esta misma localidad el 5 de marzo de 1726. Era hija de Miguel Gardel y Graciosa de Macuso. Cuarta Generación IV. Pedro Martín Ezcurra Gardel, nacido en Zubieta el 30 de enero de 1752 y bautizado el mismo día. Se casó con María Vicenta Olano Belarra, hija de Mathias de Olano y María Theresa de Belarra Sexta Generación III. Manuela Antonia Ezcurra Mariezcurrena nació en Zubieta el 16 de abril de 1827 y fue bautizado el día 17. Se casó en Zubieta el 9 de septiembre de 1856 con Miguel María San Miguel Legazcue, nacido también en Zubieta el 22 de marzo de 1821. Era hijo de Thomas Ignacio San Miguel Ballariain y de María Bernarda Legazcue Perochena, ambos naturales de Zubieta. . Fuentes: Archivo Diocesano de Pamplona. FamilySearch/ International Genealogical Index. Vital Records Index. ANTZINAKO Bienvenidos a la web de ANTZINAKO, asociación de genealogía vasca e historia local. Somos genealogistas aficionados que investigamos en Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya http://www.antzinako.org/Linaje.php?linaje=RepLinajes/linajeezkurra.html Tangouruguayo Uruguay 18/06/2012 03:13:49 p.m. Denunciar Fuentes: Archivo Diocesano de Pamplona. FamilySearch/ International Genealogical Index. Vital Records Index. http://www.antzinako.org/Linaje.php?linaje=RepLinajes/linajeezkurra.html Publicado por ARTISTAS DEL URUGUAY en 10:52 Etiquetas: GARDEL-LEGAZCUE UNA GENEALOGIA DESCUBIERTA EN LA SEXTA GENERACION UNA DESCENDIENTE DE FAMILIA GARDEL .DE FAMILIA DE LA CUAL SALDRIA GARDEL Tangouruguayo Uruguay EN LA SEXTA GENERACION UNA DESCENDIENTE DE FAMILIA GARDEL .DE FAMILIA DE LA CUAL SALDRIA GARDEL Ezcurra Mariezcurrena nació en Zubieta el 16 de abril de 1827 y fue bautizado el día 17. Se casó en Zubieta el 9 de septiembre de 1856 con Miguel María San Miguel Legazcue, ............................... Tangouruguayo Uruguay si se dibuja el arbol hay rama comun se casaron antepasados de carlos y leg Ezcurra Mariezcurrena nació en Zubieta el 16 de abril de 1827 y fue bautizado el día 17. Se casó en Zubieta el 9 de septiembre de 1856 con Miguel María San Miguel Legazcue,

martes, 13 de noviembre de 2012

gardel

[tangouruguayo] PAGINA 12 - El Pibe Carlitos Recibidos x Carlos Gardel a través de yahoogroups.com 08:59 (hace 6 horas) para bcc: tangouruguayo Si no desea seguir recibiendo nuestras actualizaciones, por favor, reenvíenos el correo poniendo REMOVER en el asunto. El prontuario de Gardel A raíz de la nota de tapa de ayer de Página/12, la historiadora Martina Iñíguez contó que el prontuario de Gardel fue descubierto por una persona que recibió en herencia una casa y dentro de ella un secretaire, mueble típico de la última mitad del siglo pasado. “Esa persona –dijo Iñíguez en Canal 9– descubrió que el secretaire tenía doble fondo y allí escondida apareció la copia del prontuario de Gardel.” Por lo que contó la historiadora, quien dejó la casa en herencia había trabajado en tribunales bonaerenses como escribiente, era muy gardeliano y posiblemente le entregaron el prontuario como ofrenda. Era un documento que no se debía exhibir, pero se trataba de un recuerdo del ídolo. El investigador y ensayista Ricardo Ostuni contó ayer que el 29 de octubre pasado publicó la existencia del prontuario sobre Carlos Gardel en un trabajo realizado con la historiadora Martina Iñíguez. Este diario justamente señaló que Iñíguez fue quien proporcionó el documento a los criminalistas Raúl Torre y Juan Fenoglio, quienes hicieron el cotejo de huellas dactilares y también caligráfico revelado por la nota de Página/12. El texto de Ostuni e Iñíguez se publicó en su blog baireshistoria.blogs pot.com.arbaireshistoria.blogs pot.com.ar UNA INVESTIGACION CRIMINALISTICA DIO POR PRIMERA VEZ CON EL PRONTUARIO DE CARLOS GARDEL El Pibe Carlitos El prontuario lo sindica como “estafador por medio del cuento del tío”. Una comparación de huellas certifica que el documento es real. Los investigadores concluyen que los cambios de identidad y de lugar de nacimiento intentaban eludir los antecedentes policiales. Por Raúl Kollmann Una investigación criminalística revela por primera vez el prontuario real de Carlos Gardel, en el que aparece con el alias del “El pibe Carlitos” y con antecedentes de “estafador por medio del cuento del tío”. El facsímil al que accedió este diario (nadie sabe quién tiene el original) es del 18 de agosto de 1915 y se trata de un magnífico descubrimiento: Gardel había logrado, por orden del presidente Marcelo T. de Alvear, la destrucción de sus prontuarios, pero en la provincia de Buenos Aires alguien logró conservar dos: el que se conoce ahora y uno de 1904, cuando Gardel era chico y se fugó del hogar. Los forenses Raúl Torre y Juan José Fenoglio compararon las huellas digitales de 1904, las de 1915 y las de un posterior expediente de 1923, con la utilización de la tecnología más moderna que existe en el mundo, el AFIS. Se determinó así que se trata siempre de la misma persona. Y lo significativo es que en 1904, cuando lo busca su madre y no había razón para mentir, los datos filiatorios son Carlos Gardez, nacido en 1990 en Tolosa (Toulouse), Francia. PAGINA 12 - 12 de noviembre de 2012 -- El Oriental -- El Oriental ..................El historiador Ricardo Ostuni acusa de usurpación a Página 12 por la nota sobre Carlos Gardel Publicado por Raul Barrozo el 12/11/2012 El historiador Ricardo Ostuni acusa de usurpación a Página 12 por la nota sobre Carlos Gardel A veces las investigaciones periodísticas nos duelen al contarnos « ciertas verdades » sobre ídolos o mitos que tenemos los argentinos de nuestra propia historia. Hoy lunes apareció en Pagina 12 una nota sensacionalista con gran despliegue de tapa y páginas sobre un dudoso pasado de Carlos Gardel y los que amamos el tango nos sentimos golpeados . Será cierto nos preguntamos, lo de « El pibe Carlitos » ? Con el correr de las horas el reconocido historiador del tango Dn Ricardo Ostuni salió al cruce de lo publicado con una nota enviada al diario de referencia : lunes, 12 de noviembre de 2012 E-mail Enviado a Raúl Kollmann Página 12 Nota de referencia nota de página12 En la edición de la fecha de Pagina 12, aparece una nota firmada por usted referida “el Pibe Carlitos” en la que menciona además manifestaciones de los señores Torre, y Fenoglio. Debo manifestarle que esta nota lisa y llanamente es una usurpación de la investigación que realizara el subscripto con la investigadora Martina Iñiguez que fuera publicada en mi blog el dia 29 de octubre del corriente http://baireshistoria.blogspot.com.ar/2012/10/el-prontuario-de-el-pive-carlitos.html y además dada a conocer por el diario El país de Montevideo y varios medios de Colombia y otros países latinoamericanos y españoles. Los mencionados Torre y Fenoglio nada tuvieron que ver en esta investigación de la que tuvieron noticia cuando se la hicimos conocer después de su publicación. Es vergonzoso que un diario del prestigio de Pagina 12 caiga en este tipo de ardid para publicar en tapa una nota sensacionalista, le exijo la correspondiente aclaración y hago reserva de todos mis derechos inherentes a este asunto. Ricardo Ostuni Categorias: Noticias Compartir fuente buenosairesyeltango com ar __._,_.___ Responder a remitente | Responder a grupo |

miércoles, 19 de septiembre de 2012

gardel frances?

la partida de nacimiento de Gardel En una investigación de más de diez años, editada en el libro El padre de Gardel, se devela la procedencia de "el Zorzal criollo" y la difícil vida de su madre soltera Por Verónica Dema | LA NACION Comentá204 La tumba de Carlos Gardel, en el cementerio de la Chacarita. Foto: Archivo / LA NACION Varios países quieren atesorar para sí la nacionalidad de Carlos Gardel, cuya voz fue declarada "memoria del mundo". ¿Francés, argentino, uruguayo? Después de diez años de recabar documentación y entrevistas en los tres países, un grupo de investigadores dieron con la partida de nacimiento de "el Zorzal criollo" y lo publicaron en el libro Allí El padre de Gardel (Proa Amerian Ediciones). se muestra que Charles Romuald Gardes -su nombre de nacimiento- fue inscripto el 11 de diciembre de 1890 en el registro civil de Toulouse, en Francia. Los autores del libro, el argentino Juan Carlos Esteban y los franceses Georges Galopa y Monique Ruffié, dialogaron con LA NACION en su visita a la Argentina, donde hace pocos días presentaron su obra. En su investigación revelan que Gardel se vino al país a los dos años y tres meses en brazos de su madre, Berthe Gardes, quien fue expulsada de su familia en su país de origen por ser madre soltera, un pecado imperdonable, una vergüenza en aquella época. De allí que la patria adoptiva de Gardel fuera la Argentina, país que le dio su ciudadanía y residencia hasta su temprana muerte, a los 45 años, en un accidente aéreo en Colombia. En esta entrevista también aclaran la confusión con su supuesta nacionalidad uruguaya, repasan la vida de su presunto padre, el francés Paul Jean Lassere, quien además de Charles Romuald tuvo otros dos hijos naturales, cuentan por qué pasó buena parte de su vida preso, qué dice su testamento y tantas otras cuestiones, todas documentadas en este libro. -¿Cómo se les ocurrió investigar sobre la vida de Gardel? - Juan Carlos Esteban: Parte de una añeja polémica, superada por la historia y por la documentación jurídica que conseguimos, acerca del origen geográfico del nacimiento de Carlos Gardel, por un lado, y de la paternidad de él por otro. Fundamentalmente nos propusimos analizar la genealogía de Gardel a partir de la madre. Nos centramos en aquellos elementos que tuvieran una documentación de base jurídica a partir de los dos juicios sucesorios: uno se suscitó a partir de la muerte de Gardel, en 1935, y otro en 1936 en Uruguay, donde tenía propiedades. La madre promovió el juicio sucesorio y se buscaron antecedentes de su nacimiento y registro en Toulouse. - ¿Qué partida de nacimiento encontraron? - J.C. Esteban: El nació en Toulouse. Se vino a la Argentina a los 2 años y 3 meses, en 1893, con su madre. No hay registro de más acompañantes. - ¿Por qué existe la confusión con Uruguay? - J.C. Esteban: Eso viene mucho después. Gardel nació en 1890 y, cuando en 1914 se declara la Primera Guerra Mundial, él tenía 24 años y era ciudadano francés en la Argentina entonces hubiera tenido que concurrir al Consulado Francés para inscribirse y marchar al frente. Gardel, por su formación y porque se sentía eminentemente argentino, no tenía un sentimiento patriótico de compromiso con Francia. Sí lo tenía con la Argentina. Entonces, no concurrió a registrarse. En 1920 la compañía de Rosas lo convocó para viajar a España por una temporada teatral. El estaba indocumentado, porque el hecho de no concurrir a la embajada para registrarse como ciudadano francés le impidió recibir la cartilla militar y el registro en gendarmería. Entonces, él decidió en 1920 inscribirse en el consulado uruguayo amparándose en una legislación muy particular para súbditos uruguayos residentes en otros países. Se registró como uruguayo nacido en Tacuarembó 3 años antes de su verdadero nacimiento: se anotó como nacido el 11 de diciembre pero de 1887. en vez de poner Gardes, se inscribió como Gardel, su nombre artístico. - ¿Entonces se inscribe con una documentación fraudulenta? - J.C.Esteban: Sí, por eso aparece Gardel anotado en Uruguay. Pero es una documentación apócrifa. Con eso él consigue que le den un certificado provisorio por un año como uruguayo, pero no está registrada en ningún libro esa documentación, no aparece ni en la embajada, ni en relaciones exteriores, ni en el ministerio del interior del Uruguay. Tampoco hay partida de nacimiento de ahí tampoco. La partida es de Toulouse. - ¿Cuándo se hace ciudadano argentino? - J.C. Esteban: Luego de eso fue al ministerio del interior, sacó cedula de identidad, pasaporte y certificado de nacionalidad argentino. Ahí se hizo ciudadano argentino. Galopa, Ruffié y Esteban, los autores del libro El padre de Gardel. Foto: LA NACION / Sebastián Rodeiro - ¿Qué investigaron sobre el padre de Gardel? - Monique Ruffié: En cuanto al padre, se comentaban cosas diversas de él. Circulaba el nombre de Paul Lassere y por eso lo investigamos. Nos entrevistamos con otra de sus hijas naturales, que sería media hermana de Gardel, y hoy tiene 93 años y vive en Toulouse. Ella tuvo dos hijos y cuenta que uno de ellos tiene la idea de hacerse un ADN porque dice que es familiar de Gardel. - Georges Galopa: La investigación empezó hace casi diez años con contactos con amigos argentinos. Me pidieron que averiguara si este señor, presuntamente el padre de Gardel, había venido a Buenos Aires después de la Primera Guerra Mundial. Esto está contado al final del libro. No dimos con ningún registro que así lo acreditara. - ¿Qué indicios los llevan a pensar que Lassere es el padre? - J.C.Esteban: De dos lados. Cuando Bertha Gardes, la madre de Gardel que sobrevive a su hijo, muere ocurre algo: ella vivía con el matrimonio que fue el apoderado de Gardel; la esposa, Blanca Delfino, publicó un artículo en 1965 que revelaba que Bertha Gardes antes de morir le había dicho que el progenitor de Gardel había sido Paul Lasserre. En el libro consignamos ese artículo. A partir de ese dato nos fuimos a buscar los antecedentes de presunto padre. Lo investigamos y miramos los servicios militares de él en Francia. Vimos que en el período en que estaba cumpliendo el servicio militar él estaba en Toulouse, donde vivía Bertha Gardes. Terminó el servicio militar y dos meses antes del nacimiento de Carlos Gardel se fue de la ciudad a Paris. - M. Ruffié: Seguimos a esa persona e incluso tenemos el testamento y la sucesión de él. El reconoció a su primera hija natural, la segunda que tendría después no había nacido y no figura Carlos Gardel. Como nunca lo dijeron no podemos aseverarlo. - G. Galopa: Sabemos que Gardel nació en un hospicio de madres solteras. La persona que declaró el nacimiento fue la comadrona, no el padre, que no estaba presente. Ella había nacido en Toulouse y vivió en varios lugares hasta que volvió a su ciudad a dar a luz. Carlos Gardel. Foto: Archivo / LA NACION - ¿Por qué se vino a la Argentina? - M.Ruffié: Hablamos con Fany, media hermana de Gardel, que nos reveló que hubo un problema de familia y se la echó de la casa, se la mandó lejos. La Argentina era un lugar que quedaba lejos. - ¿Qué significaba ser un hijo natural en aquella época? - G. Galopa: Las familias echaban a sus hijas, lo que seguramente sucedió con la mamá de Gardel. Era caer en desgracia tener un hijo ilegítimo - ¿Cómo influyó en la música de Gardel este origen suyo? - J.C.Esteban: El tango, entre otros ingredientes, fundamentalmente tiene un gran aporte inmigratorio. Y las corrientes inmigratorias de 1870 a 1920 se nutrieron de muchos concurrentes solos, que venían a hacer la cosecha agraria en la Argentina. Tenían siempre el sueño de volver. También había madres solteras que se radicaban acá. La sociología que da nacimiento al tango define ese tremendo drama y paradoja de la identidad a medias. Gardel la interpretó magníficamente. Por ejemplo, en Silencio, un canto a la paz y a la terminación de la guerra, canta a las madres que perdieron a sus hijos en la guerra, habla de Francia y hace un homenaje a su madre que fue inmigrante forzosa de una situación nada agradable en la Europa anterior a la guerra con persecuciones de todo tipo. - ¿Por qué cayó preso el presunto padre? - G.Galopa: Un mes después del nacimiento de Carlos Gardel el supuesto padre había ido a Paris, o sea, había abandonado a la madre y al hijo y ahí formó parte de un grupo de ladrones muy importantes. Fueron detenidos un año después por robos en tiendas de bebidas y también cajas fuertes. La tumba de Carlos Gardel, en el cementerio de la Chacarita. Foto: Archivo / LA NACION - ¿En el testamento este hombre menciona a Gardel? - No y tenía muchísimos bienes: cinco o seis casas. No se sabe cómo sumó tanto dinero. Tuvo varios oficios: tipógrafo, restaurador, contador, tuvo un bar. - ¿Se casó legalmente con alguien? - Sí, con una señora con algo de herencia, seis años más grande que él. Pero no tuvo hijos de ese matrimonio. Sólo tuvo dos hijas naturales y Gardel. - ¿Qué se sabe de las mujeres de Gardel? - J.C.Esteban: Era un hombre casado con su profesión y muy amante de su madre. Además, en aquella época se hacía un culto de la discreción con la mujer. Completamente distinto a ahora. El era muy reservado, trascendió muy poco su amor con Isabel del Valle, casi una acompañante que estuvo con él mientras no tuvo trascendencia mundial. Convivieron entre el 24 y el 32. La mostraba muy poco en público y muy pocos sabían de esa relación. -¿Sienten que la muerte y el nacimiento de Gardel tienen algo de misterio? - M.Ruffié: Cuando él falleció, su madre se encontraba en Toulouse se visitas. Ahí veo cómo se cierra un círculo: como una suerte de casualidad, ella recibió el nacimiento y la muerte de su hijo en Toulouse.. ÚLTIMAS NOTAS DE SOCIEDAD 08:59 Tras la sudestada, se normaliza la situación en la zona ribereña 08:02 Ascienden a 16 los c la nacion

domingo, 19 de agosto de 2012

CARLOS GARDEL - EL PRONTUARIO DE 1904 El 11 de septiembre de 1904, Carlos Gardel es detenido en Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires, Oficina Central de Identificación de La Plata, bajo el registro 1614, por vagancia o fuga del hogar, dice llamarse Carlos Gardez (¿No sabía que el apellido de Berta se escribía GARDES, con "ese"final?), ser francés nacido en Tolosa, menor de edad y vivir en la calleUruguay 162 (1). Dice residir en Buenos Aires, desde “hace 13 años y 6 meses.” (Es decir, desde 1891, sabemos que Charles Romuald llegó en 1893). Se dice "tipógrafo" (afirmación fidedigna), lo que significa que no podía ser el estudiante pupilo en el Colegio San Estanislao (2). Es “entregado a su padre” (3). (Todos sabemos que Carlos no tenía padre conocido). Figura como imberbe a pesar de tener entre 17 y 19 años porque Carlos Gardel era casi lampiño. (R. O. Zatti, “Gardel en el Abasto”, pág. 297). El oficial aclara que la edad es “aparente”. ¿No estaba convencido de que tuviera 14 años? Charles Romuald Gardes todavía no los había cumplido. Infórmese, participe y responda al sondeo: ¿Quién era el detenido: el francés Charles Romuald o el uruguayo Carlos Gardel ~~El francés estaba pupilo en el Colegio San Estanislao. ~~Era el "tipógrafo" de "El Heraldo" Carlos Gardel. El francés era "estudiante" con 10 en todas las materias. ~~Era Gardel, que mintió porque estaba indocumentado. ~~Era el francés, que se había escapado del Colegio. ~~Era Gardel, que siempre fue bajo, si con 13 años ya medía 1.60, no podía quedar con solamente 1.64 de adulto. ~~Dijo la verdad: era francés e hijo de Berta Gardes. ~~Los datos que dio son contradictorios, evidencia de que estaba mintiendo. http://tangobacan.forosgratis.mx/t20-carlos-gardel-el-prontuario-de-1904 -- El Oriental

CARLOS GARDEL - EL PRONTUARIO DE 1904 El 11 de septiembre de 1904, Carlos Gardel es detenido en Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires, Oficina Central de Identificación de La Plata, bajo el registro 1614, por vagancia o fuga del hogar, dice llamarse Carlos Gardez (¿No sabía que el apellido de Berta se escribía GARDES, con "ese"final?), ser francés nacido en Tolosa, menor de edad y vivir en la calleUruguay 162 (1). Dice residir en Buenos Aires, desde “hace 13 años y 6 meses.” (Es decir, desde 1891, sabemos que Charles Romuald llegó en 1893). Se dice "tipógrafo" (afirmación fidedigna), lo que significa que no podía ser el estudiante pupilo en el Colegio San Estanislao (2). Es “entregado a su padre” (3). (Todos sabemos que Carlos no tenía padre conocido). Figura como imberbe a pesar de tener entre 17 y 19 años porque Carlos Gardel era casi lampiño. (R. O. Zatti, “Gardel en el Abasto”, pág. 297). El oficial aclara que la edad es “aparente”. ¿No estaba convencido de que tuviera 14 años? Charles Romuald Gardes todavía no los había cumplido. Infórmese, participe y responda al sondeo: ¿Quién era el detenido: el francés Charles Romuald o el uruguayo Carlos Gardel ~~El francés estaba pupilo en el Colegio San Estanislao. ~~Era el "tipógrafo" de "El Heraldo" Carlos Gardel. El francés era "estudiante" con 10 en todas las materias. ~~Era Gardel, que mintió porque estaba indocumentado. ~~Era el francés, que se había escapado del Colegio. ~~Era Gardel, que siempre fue bajo, si con 13 años ya medía 1.60, no podía quedar con solamente 1.64 de adulto. ~~Dijo la verdad: era francés e hijo de Berta Gardes. ~~Los datos que dio son contradictorios, evidencia de que estaba mintiendo. http://tangobacan.forosgratis.mx/t20-carlos-gardel-el-prontuario-de-1904 -- El Oriental

miércoles, 19 de enero de 2011

PATADURA

tango "Patadura" - Entrevista a Marcelo O. Martínez,Leonardo Ibarra
- Radio FM América, Girona
De: Carlos Gardel Ver contacto
Para:


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Si no desea seguir recibiendo estas actualizaciones, por favor, reenvíenos el correo poniendo REMOVER en el asunto.



Enviado por Martina Iñiguez:



Marcelo O. Martínez era lo que los uruguayos llaman “un tapado”.

No encontré información sobre él en Internet.

Afortunadamente, un buen día decidió “destaparse” y compartir, a través de un blog, su pasión por Gardel, inaugurando un nuevo y original modo de analizar su trabajo discográfico y cinematográfico..

Su natural modestia hace que sea el primer sorprendido por el éxito logrado.

La humanidad, el celo investigativo y el particular enfoque de Marcelo al analizar los temas seducen a todos los gardelianos, al demostrar que hay más motivos aún de los que suponíamos para admirar a nuestro Zorzal criollo.

Su blog “Gardeles” puede verse en:

http://gardel-es.blogspot.com/



Y en la siguiente página de Radio América FM de Girona, puede oírse la entrevista hecha a Marcelo por el simpático cronista tanguero uruguayo Leonardo Ibarra

http://www.ustream.tv/recorded/12050842



¡Que siga el “destape”!


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El Oriental

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correo
Por favor! no se pierda estas entrevistas en youtube
Enviado por: "Cm Tango" cmtangoproducciones@yahoo.com.ar cmtangoproducciones
Mar, 18 de Ene, 2011 9:21 am




Puede ver la entrevista al Maestro Leopoldo Federíco (bandoneonis ta , compositor, arreglador y director de orquesta).realizada en septiembre de 2010
Programa radial "Un encuentro con amigos" por AM 1010 ondalatina.

Tambien puede ver y escuchar los programas completos en: www.cesarmaciuradio .blogspot. com

Leopoldo Federíco 1era Parte

http://www.youtube. com/watch? v=nhVBTu- jRQ0&feature= related


Leopoldo Federíco 2da Parte

http://www.youtube. com/watch? v=DRw7ficbg3s& feature=related

Entrevista en vivo a Hernán Genovese , cantor de tangos

Programa "Un encuentro con amigos"
Conducción, creación y producción:CESAR MACIÚ (cantor de tangos, periodista, productor)
Programa emitido el 20/07/2010 en el "Día del amigo" por AM1010 Ondalatina.

Consta de tres partes y se escuchará:
• Presentación del programa
• Tema: Que nadie sepa mi sufrir (vals peruano) - Cesar Maciú (inter)
• Día Internacional del amigo
• Tema: A mis amigos (balada) -- Alberto Cortéz, Facundo Cabral
• Tema: Deseperadamente (vals peruano) -- Ana Medrano (inter)
• Comunicación telefónica: Gustavo Javier, conductor
• Tema: Barajando (tango) -- Hernán Genovése (inter)
• Entrevista artista invitado: Hernán Genovése, cantante de tangos
• Tema: Afiche (tango) - Hernán Genovese (inter)


1era Parte - Cesar Maciú entrevista a Hernán Genovese - AM1010 Ondalatina.

3era Parte - Cesar Maciú entrevista a Hernán Genovese - AM1010 Ondalatina.



2da Parte - Cesar Maciú entrevista a Hernán Genovese - AM1010 Ondalatina.

viernes, 25 de junio de 2010

Roberto Mendez,Ignacio Suarez,Victoria Rodriguez,Julio Toyos,Mstro Legazkue,Beatriz Argimon,GARDEL

Roberto Mendez,Ignacio Suarez,Victoria Rodriguez,Julio Toyos,Maestro Legazkue,Beatriz Argimon y mas periodistas de radio,television y prensa escrita y digital,homenajearon a GARDEL y al tango uruguayo en los 75 años de la muerte del Mago.
Mendez dijo que Carlitos es el inventor del Tango y que respiramos tango.

jueves, 14 de agosto de 2008

BORGES NO NACIO EN URUGUAY AUNQUE LO AMABA Y YO LO ADMIRO

BORGES NO NACIO EN URUGUAY AUNQUE LO AMABA Y YO LO ADMIRO
Lo importante no es tener un coterraneo sino merecerlo.
Asi pasa con Gardel,que se escucha tan poco aqui...radio Clarin y alguna otra fugaz.
Debemos confesar que los argentinos se lo merecen.
Pasa con Borges.
A quien la gente lee poco y deberia leer mucho mas para no confundirse
En especial ese cuento Funes lo interpretan en forma subjetiva muchos uruguayos:
"Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo. Lo veo en un atardecer de marzo o febrero del año ochenta y cuatro. Mi padre, ese año, me había llevado a veranear a Fray Bentos

**Mi deplorable condición de argentino me impedirá incurrir en el ditirambo —género obligatorio en el Uruguay, cuando el tema es un uruguayo. Literato, cajetilla, porteño:

**
¿Qué horas son, Ireneo? Sin consultar el cielo, sin detenerse, el otro respondió: Faltan cuatro mínutos para las ocho, joven Bernardo Juan Francisco Berro. La voz era aguda, burlona.
******
Los años ochenta y cinco y ochenta y seis veraneamos en la ciudad de Montevideo. El ochenta y siete volví a Fray Bentos
*****
ponderaba los gloriosos servicios que don Gregorio Haedo, mi tío, finado ese mismo año, “había prestado a las dos patrias en la valerosa jornada de Ituzaingó”,
********
el deseo de comunicar a todo Fray Bentos la contradicción entre la forma negativa de la noticia y el perentorio adverbio, la tentación de dramatizar mi dolor
****"
Es una obra literaria ,debe juzgarse asi,no como historia.
Viva el genio de Borges.

Mto Amilcar Legazcue
(en El Pais Celeste y Blanco)
****************************

Funes El Memorioso
(Artificios, 1944;
Ficciones, 1944)
Jorge Luis Borges
(1899–1986)





Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo. Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de esas manos un mate, con las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre. Recuerdo claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo, sin los silbidos italianos de ahora. Más de tres veces no lo vi; la última, en 1887... Me parece muy feliz el proyecto de que todos aquellos que lo trataron escriban sobre él; mi testimonio será acaso el más breve y sin duda el más pobre, pero no el menos imparcial del volumen que editarán ustedes. Mi deplorable condición de argentino me impedirá incurrir en el ditirambo —género obligatorio en el Uruguay, cuando el tema es un uruguayo. Literato, cajetilla, porteño: Funes no dijo esas injuriosas palabras, pero de un modo suficiente me consta que yo representaba para él esas desventuras. Pedro Leandro Ipuche ha escrito que Funes era un precursor de los superhombres; “Un Zarathustra cimarrón y vernáculo”; no lo discuto, pero no hay que olvidar que era también un compadrito de Fray Bentos, con ciertas incurables limitaciones.
Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo. Lo veo en un atardecer de marzo o febrero del año ochenta y cuatro. Mi padre, ese año, me había llevado a veranear a Fray Bentos. Yo volvía con mi primo Bernardo Haedo de la estancia de San Francisco. Volvíamos cantando, a caballo, y ésa no era la única circunstancia de mi felicidad. Después de un día bochornoso, una enorme tormenta color pizarra había escondido el cielo. La alentaba el viento del Sur, ya se enloquecían los árboles; yo tenía el temor (la esperanza) de que nos sorprendiera en un descampado el agua elemental. Corrimos una especie de carrera con la tormenta. Entramos en un callejón que se ahondaba entre dos veredas altísimas de ladrillo. Había oscurecido de golpe; oí rápidos y casi secretos pasos en lo alto; alcé los ojos y .vi un muchacho que corría por la estrecha y rota vereda como por una estrecha y rota pared. Recuerdo la bombacha, las alpargatas, recuerdo el cigarrillo en el duro rostro, contra el nubarrón ya sin límites. Bernardo le gritó imprevisiblemente: ¿Qué horas son, Ireneo? Sin consultar el cielo, sin detenerse, el otro respondió: Faltan cuatro mínutos para las ocho, joven Bernardo Juan Francisco. La voz era aguda, burlona.
Yo soy tan distraído que el diálogo que acabo de referir no me hubiera llamado la atención si no lo hubiera recalcado mi primo, a quien estimulaban (creo) cierto orgullo local, y el deseo de mostrarse indiferente a la réplica tripartita del otro.
Me dijo que el muchacho del callejón era un tal Ireneo Funes, mentado por algunas rarezas como la de no darse con nadie y la de saber siempre la hora, como un reloj. Agregó que era hijo de una planchadora del pueblo, María Clementina Funes, y que algunos decían que su padre era un médico del saladero, un inglés O'Connor, y otros un domador o rastreador del departamento del Salto. Vivía con su madre, a la vuelta de la quinta de los Laureles.
Los años ochenta y cinco y ochenta y seis veraneamos en la ciudad de Montevideo. El ochenta y siete volví a Fray Bentos. Pregunté, como es natural, por todos los conocidos y, finalmente, por el “cronométrico Funes”. Me contestaron que lo había volteado un redomón en la estancia de San Francisco, y que había quedado tullido, sin esperanza. Recuerdo la impresión de incómoda magia que la noticia me produjo: la única vez que yo lo vi, veníamos a caballo de San Francisco y él andaba en un lugar alto; el hecho, en boca de mi primo Bernardo, tenía mucho de sueño elaborado con elementos anteriores. Me dijeron que no se movía del catre, puestos los ojos en.la higuera del fondo o en una telaraña. En los atardeceres, permitía que lo sacaran a la ventana. Llevaba la soberbia hasta el punto de simular que era benéfico el golpe que lo había fulminado... Dos veces lo vi atrás de la reja, que burdamente recalcaba su condición de eterno prisionero: una, inmóvil, con los ojos cerrados; otra, inmóvil también, absorto en la contemplación de un oloroso gajo de santonina.
No sin alguna vanagloria yo había iniciado en aquel tiempo el estudio metódico del latin. Mi valija incluía el De viris illustribus de Lhomond, el Thesaurus de Quicherat, los comentarios de Julio César y un volumen impar de la Naturalis historia de Plinio, que excedía (y sigue excediendo) mis módicas virtudes de latinista. Todo se propala en un pueblo chico; Ireneo, en su rancho de las orillas, no tardó en enterarse del arribo de esos libros anómalos. Me dirigió una carta florida y ceremoniosa, en la que recordaba nuestro encuentro, desdichadamente fugaz, “del día siete de febrero del año ochenta y cuatro”, ponderaba los gloriosos servicios que don Gregorio Haedo, mi tío, finado ese mismo año, “había prestado a las dos patrias en la valerosa jornada de Ituzaingó”, y me solicitaba el préstamo de cualquiera de los volúmenes, acompañado de un diccionario “para la buena inteligencia del texto original, porque todavía ignoro el latín”. Prometía devolverlos en buen estado, casi inmediatamente. La letra era perfecta, muy perfilada; la ortografía, del tipo que Andrés Bello preconizó: i por y, j por g. Al principio, temí naturalmente una broma. Mis primos me aseguraron que no, que eran cosas de Ireneo. No supe si atribuir a descaro, a ignorancia o a estupidez la idea de que el arduo latín no requería más instrumento que un diccionario; para desengañarlo con plenitud le mandé el Gradus ad Parnassum de Quicherat. y la obra de Plinio:
El catorce de febrero me telegrafiaron de Buenos Aires que volviera inmediatamente, porque mi padre no estaba “nada bien”. Dios me perdone; el prestigio de ser el destinatario de un telegrama urgente, el deseo de comunicar a todo Fray Bentos la contradicción entre la forma negativa de la noticia y el perentorio adverbio, la tentación de dramatizar mi dolor, fingiendo un viril estoicismo, tal vez me distrajeron de toda posibilidad de dolor. Al hacer la valija, noté que me faltaban el Gradus y el primer tomo de la Naturalis historia. El “Saturno” zarpaba al día siguiente, por la mañana; esa noche, después de cenar, me encaminé a casa de Funes. Me asombró que la noche fuera no menos pesada que el día.
En el decente rancho, la madre de Funes me recibió. Me dijo que Ireneo estaba en la pieza del fondo y que no me extrañara encontrarla a oscuras, porque Ireneo sabía pasarse las horas muertas sin encender la vela. Atravesé el patio de baldosa, el corredorcito; llegué al segundo patio. Había una parra; la oscuridad pudo parecerme total. Oí de pronto la alta y burlona voz de Ireneo. Esa voz hablaba en latín; esa voz (que venía de la tiniebla) articulaba con moroso deleite un discurso o plegaria o incantación. Resonaron las sílabas romanas en el patio de tierra; mi temor las creía indescifrables, interminables; después, en el enorme diálogo de esa noche, supe que formaban el primer párrafo del vigésimocuarto capítulo del libro séptimo de la Naturalis historia. La materia de ese capítulo es la memoria; las palabras últimas fueron ut nihil non usdem verbis redderetur auditum.
Sin el menor cambio de voz, Ireneo me dijo que pasara. Estaba en el catre, fumando. Me parece que no le vi la cara hasta el alba; creo rememorar el ascua momentánea del cigarrillo. La pieza olía vagamente a humedad. Me senté; repetí la historia del telegrama y de la enfermedad de mi padre. Arribo, ahora, al más dificil punto de mi relato. Este (bueno es que ya lo sepa el lector) no tiene otro argumento que ese diálogo de hace ya medio siglo. No trataré de reproducir sus palabras, irrecuperables ahora. Prefiero resumir con veracidad las muchas cosas que me dijo Ireneo. El estilo indirecto es remoto y débil; yo sé que sacrifico la eficacia de mi relato; que mis lectores se imaginen los entrecortados períodos que me abrumaron esa noche.
Ireneo empezó por enumerar, en latín y español, los casos de memoria prodigiosa registrados por la Naturalis historia: Ciro, rey de los persas, que sabía llamar por su nombre a todos los soldados de sus ejércitos; Mitrídates Eupator, que administraba la justicia en los 22 idiomas de su imperio; Simónides, inventor de la mnemotecnia; Metrodoro, que profesaba el arte de repetir con fidelidad lo escuchado una sola vez. Con evidente buena fe se maravilló de que tales casos maravillaran. Me dijo que antes de esa tarde lluviosa en que lo volteó el azulejo, él había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sordo, un abombado, un desmemoriado. (Traté de recordarle su percepción exacta del tiempo, su memoria de nombres propios; no me hizo caso.) Diecinueve años había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo. Al caer, perdió el conocimiento; cuando lo recobró, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido, y también las memorias más antiguas y más triviales. Poco después averiguó que estaba tullido. El hecho apenas le interesó. Razonó (sintió) que la inmovilidad era un precio mínimo. Ahora su percepción y su memoria eran infalibles.
Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa; Funes, todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra. Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del treinta de abril de mil ochocientos ochenta y dos y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho. Esos recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares, térmicas, etc. Podía reconstruir todos los sueños, todos los entresueños. Dos o tres veces había reconstruido un día entero; no había dudado nunca, pero cada reconstrucción había requerido un día entero. Me dijo: Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo. Y también: Mis sueños son como 1a vigilia de ustedes. Y también, hacia el alba: Mi memoría, señor, es como vacíadero de basuras. Una circunferencia en un pizarrón, un triángulo rectángulo, un rombo, son formas que podemos intuir plenamente; lo mismo le pasaba a Ireneo con las aborrascadas crines de un potro, con una punta de ganado en una cuchilla, con el fuego cambiante y con la innumerable ceniza, con las muchas caras de un muerto en un largo velorio. No sé cuántas estrellas veía en el cielo.
Esas cosas me dijo; ni entonces ni después las he puesto en duda. En aquel tiempo no había cinematógrafos ni fonógrafos; es, sin embargo, inverosímil y hasta increíble que nadie hiciera un experimento con Funes. Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos in—mortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo.
La voz de Funes, desde la oscuridad, seguía hablando..
Me dijo que hacia 1886 había discurrido un sistema original de numeración y que en muy pocos días había rebasado el veinticuatro mil. No lo había escrito, porque lo pensado una sola vez ya no podía borrársele. Su primer estímulo, creo, fue el desagrado de que los treinta y tres orientales requirieran dos signos y tres palabras, en lugar de una sola palabra y un solo signo. Aplicó luego ese disparatado principio a los otros números. En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur, Olimar, azufre, los bastos, la ballena, gas, 1a caldera, Napoleón, Agustín vedia. En lugar de quinientos, decía nueve. Cada palabra tenía un signo particular, una especie marca; las últimas muy complicadas... Yo traté explicarle que esa rapsodia de voces inconexas era precisamente lo contrario sistema numeración. Le dije decir 365 tres centenas, seis decenas, cinco unidades; análisis no existe en los “números” El Negro Timoteo o manta de carne. Funes no me entendió o no quiso entenderme.
Locke, siglo XVII, postuló (y reprobó) idioma imposible en el que cada cosa individual, cada piedra, cada pájaro y cada rama tuviera nombre propio; Funes proyectó alguna vez un idioma análogo, pero lo desechó por parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez.
Los dos proyectos que he indicado (un vocabulario infinito para serie natural de los números, un inútil catálogo mental de todas las imágenes del recuerdo) son insensatos, pero revelan cierta balbuciente grandeza. Nos dejan vislumbrar o inferir el vertiginoso mundo de Funes. Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez. Refiere Swift que el emperador de Lilliput discernía el movimiento del minutero; Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso. Babilonia, Londres y Nueva York han abrumado con feroz esplendor la imaginación de los hombres; nadie, en sus torres populosas o en sus avenidas urgentes, ha sentido el calor y la presión de una realidad tan infatigable como la que día y noche convergía sobre el infeliz Ireneo, en su pobre arrabal sudamericano. Le era muy difícil dormir. Dormir es distraerse del mundo; Funes, de espaldas en el catre, en la sombra, se figuraba cada grieta y cada moldura de las casas precisas que lo rodeaban. (Repito que el menos importante de sus recuerdos era más minucios y más vivo que nuestra percepción de un goce físico o de un tormento físico.) Hacia el Este, en un trecho no amanzanado, había casas nuevas, desconocidas. Funes las imaginaba negras, compactas, hechas de tiniebla homogénea; en esa dirección volvía la cara para dormir. También solía imaginarse en el fondo del río, mecido y anulado por la corriente.
Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.
La recelosa claridad de la madrugada entró por el patio de tierra.
Entonces vi la cara de la voz que toda la noche había hablado. Ireneo tenía diecinueve años; había nacido en 1868; me pareció monumental como el bronce, más antiguo que Egipto, anterior a las profecías y a las pirámides. Pensé que cada una de mis palabras (que cada uno de mis gestos) perduraría en su implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles.
Ireneo Funes murió en 1889, de una congestión pulmonar.


1942



El 24 de agosto de 1899, a los ocho meses de gestación, nace en Buenos Aires Jorge Luis Borges en casa de Isidoro Acevedo, su abuelo paterno. Es bilingüe desde su infancia y aprenderá a leer en inglés antes que en castellano por influencia de su abuela materna de origen inglés.
Georgie, como es llamado en casa, tenía apenas seis años cuando dijo a su padre que quería ser escritor. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, La visera fatal, inspirado en un episodio del Quijote; a los nueve traduce del inglés "El príncipe feliz" de Oscar Wilde.
En 1914, y debido a su ceguera casi total, el padre se jubila y decide pasar una temporada con la familia en Europa. Debido a la guerra, se instalan en Ginebra donde Gerorgie escribirá algunos poemas en francés mientras estudia el bachillerato (1914-1918). Su primera publicación registrada es una reseña de tres libros españoles escrita en francés para ser publicada en un periódico ginebrino. Pronto empezará a publicar poemas y manifiestos en la prensa literaria de España, donde reside desde 1919 hasta 1921, año en que los Borges regresan a Buenos Aires. El joven poeta redescubre su ciudad natal, sobre todo los suburbios del Sur, poblados de compadritos. Empieza a escribir poemas sobre este descubrimiento(1), publicando su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires (1923). Instalado definitivamente en su ciudad natal a partir de 1924, publicará algunas revistas literarias y con dos libros más, Luna de enfrente e Inquisiciones, establecerá ya en 1925 su reputación de jefe de la más joven vanguardia.
En los treinta años siguientes, Georgie se transforma en Borges; es decir: en uno de los más brillantes y más polémicos escritores de nuestra América. Cansado del ultraísmo (escuela experimental de poesía que se desarrolló a partir del cubismo y futurismo) que él mismo había traído de España, intenta fundar un nuevo tipo de regionalismo, enraizado en una perspectiva metafísica de la realidad. Escribe cuentos y poemas sobre el suburbio porteño, sobre el tango, sobre fatales peleas de cuchillo ("Hombre de la esquina rosada" (2),"El Puñal"(3)). Pronto se cansará también de este ismo y empezará a especular por escrito sobre la narrativa fantástica o mágica, hasta punto de producir durante dos décadas, 1930-1950, algunas de las más extraordinarias ficciones de este siglo (4) (Historia universal de la infamia,1935; Ficciones, 1935-1944; El Aleph, 1949; entre otros).
En 1961 comparte con Samuel Beckett el Premio Formentor otorgado por el Congreso Internacional de Editores, y que será el comienzo de su reputación en todo el mundo occidental. Recibirá luego el título de Commendatore por el gobierno italiano, el de Comandante de la Orden de las Letras y Artes por el gobierno francés, la Insignia de Caballero de la Orden del Imperio Británico y el Premio Cervantes, entre otros numerosísimos premios y títulos.
Una encuesta mundial publicada en 1970 por el Corriere della Sera revela que Borges obtiene allí más votos como candidato al Premio Nobel que Solzhenitsyn, a quien la Academia Sueca distinguirá ese año.
El 27 de Marzo de 1983 publica en el diario La Nación de Buenos Aires el relato "Agosto 25, 1983", en que profetiza su suicidio para esa fecha exacta. Preguntado tiempo más tarde sobre por qué no se había suicidado en la fecha anunciada, contesta lisamente: "Por cobardía". Ese mismo año la Academia sueca otorga el Premio Nobel a William Golding; uno de los académicos denuncia la mediocridad de la elección. Todos siguen preguntándose por qué Borges es sistemáticamente soslayado. El premio a Golding parece dar la razón a los que dudan de que los académicos suecos sepan realmente leer.
Jorge Luis Borges murió en Ginebra el 14 de junio de 1986.

(adaptado del libro "Ficcionario" de Emir Rodríguez Monega)

Borges,Arte y cultura de Uruguay, Gardel,Funes